Una de las tradiciones más fascinantes de nuestro país es sin duda el Día de muertos. Ya sea por su colorido, por su tradición, su cultura o por el dualismo que trae consigo. Este concepto ancestral es muy curioso; dado que se concibe a la muerte desde diferentes ángulos. Por un lado esta el duelo de perder a un ser querido, el dolor es intangible y no se puede evitar, y por otro lado tenemos este sentido del humor muy característico de los mexicanos, el burlarnos de un hecho tan trágico, solo a nosotros se nos da con un don natural. Ir a los campos santos, arreglar las tumbas de los seres que se nos han adelantado, hacerles ofrendas y tener la creencia que sus almas vuelven para convivir con nosotros una vez al año es completamente irreal, pero a la vez fantástico, tener un poco de fe en estos tiempos. En lo personal es la tradición que más me gusta de México.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Día de muertos
Una de las tradiciones más fascinantes de nuestro país es sin duda el Día de muertos. Ya sea por su colorido, por su tradición, su cultura o por el dualismo que trae consigo. Este concepto ancestral es muy curioso; dado que se concibe a la muerte desde diferentes ángulos. Por un lado esta el duelo de perder a un ser querido, el dolor es intangible y no se puede evitar, y por otro lado tenemos este sentido del humor muy característico de los mexicanos, el burlarnos de un hecho tan trágico, solo a nosotros se nos da con un don natural. Ir a los campos santos, arreglar las tumbas de los seres que se nos han adelantado, hacerles ofrendas y tener la creencia que sus almas vuelven para convivir con nosotros una vez al año es completamente irreal, pero a la vez fantástico, tener un poco de fe en estos tiempos. En lo personal es la tradición que más me gusta de México.
Una de las tradiciones más fascinantes de nuestro país es sin duda el Día de muertos. Ya sea por su colorido, por su tradición, su cultura o por el dualismo que trae consigo. Este concepto ancestral es muy curioso; dado que se concibe a la muerte desde diferentes ángulos. Por un lado esta el duelo de perder a un ser querido, el dolor es intangible y no se puede evitar, y por otro lado tenemos este sentido del humor muy característico de los mexicanos, el burlarnos de un hecho tan trágico, solo a nosotros se nos da con un don natural. Ir a los campos santos, arreglar las tumbas de los seres que se nos han adelantado, hacerles ofrendas y tener la creencia que sus almas vuelven para convivir con nosotros una vez al año es completamente irreal, pero a la vez fantástico, tener un poco de fe en estos tiempos. En lo personal es la tradición que más me gusta de México.
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